10 de marzo de 2017

Adiós a un cerebro

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Xabi Alonso era el típico jugador que todo entrenador quiere para su equipo: aquel que se compromete con el proyecto deportivo, inteligente, que inspira a los demás jugadores y les hace ser mejores, que hace el trabajo sucio de una manera más que eficiente y que ordena al equipo y hace de prolongación del técnico en el campo. Si a eso le añades toda la calidad que atesora y sus títulos conseguidos nos sale una carrera de futbolista legendario.  



Allá donde jugó lo hizo bien y triunfó. Fue cedido al Eibar y su brillante curso le hizo volver a la Real Sociedad, en donde era la manija de un equipo que estuvo apunto de ganar la liga. De ahí se marchó al Liverpool y se hizo un jugador de verdad, a prueba de balas. Su época en el Real Madrid le llegó en su mejor momento ayudando a levantar el vuelo del club. Fue fiel a su forma de ver las cosas y cambió de aires rumbo a Munich en donde le han valorado por lo que es, una verdadera leyenda.
En su rueda de prensa para anunciar su retirada declaró que "cuando miro atrás y pienso en toda mi carrera, me siento orgulloso de lo que he conseguido". No es para menos, el tolosarra ha conseguido una Liga, dos Bundesligas, dos Champions League, tres copas nacionales, dos Eurocopas y un Mundial.



Todo el mundo quiere verle como entrenador. Un destino del que no rehuye: "Quizás sea entrenador algún día". De momento esta estudiando y quiere formarse bien para empezar ese nuevo camino
Admirable en todos los sentidos, fútbol en estado puro. Gracias por todo Xabi. 



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