Sucedió el 3 de enero de 1993. Maradona quería reencontrarse con el fútbol en el Sevilla y llevaba una temporada un tanto irregular. El pelusa visitaba el Heliodoro Rodríguez López para jugar ante el Tenerife donde jugaba una joven promesa argentina: Fernando Redondo.
Redondo llevaba tres temporadas en el club canario, procedente de Argentinos Juniors (club donde también empezó Maradona su carrera), y ya empezaba a escuchar rumores sobre su marcha a un equipo más grande.
Por otro lado, en los banquillos se enfrentaron Jorge Valdano y Angel Cappa, defensores del fútbol de Menotti, frente a su enemigo Carlos Bilardo.
Maradona, que sentía predilección por el juego del 5, en su biografía 'Yo soy El Diego' cuenta como fue aquel día: "Me acuerdo que armaron un quilombo bárbaro antes del partido contra el Tenerife, por mi duelo con Redondo y por el enfrentamiento entre bilardistas y menottistas, porque a ellos les dirigía Valdano, y con él estaba Angel Cappa. Yo le di la mano a Redondo antes de empezar el partido y punto, lo dejamos a todos con las ganas de pelea".
En aquel partido el 10 fue expulsado por protestar. Redondo, que tenía amarilla, realizó una entrada por detrás a Maradona. El árbitro del partido se equivocó y mostró la tarjeta roja a Pizzi, a lo que Maradona reaccionó protestando y gritando "fue el cinco, fue el cinco". El arbitro interpretó como menosprecio las protestas airadas de Diego y le acabó expulsando.
El partido lo acabó ganando el Tenerife, pero curiosamente fue el comienzo de una bonita amistad entre dos grandes jugadores. Uno que veía como se apagaba su llama y otro que empezaba a sonar para equipos fuertes del continente europeo.
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